Es una maleta Samsonite, un testimonio de resiliencia y sostenibilidad, una compañera para todo terreno fabricada a partir de la esencia misma de la renovación de la Tierra.
Su exterior, un tapiz de PET 100% reciclado posconsumo, alaba la transformación. Veintiséis botellas de plástico, alguna vez desechadas, ahora tejidas en una tela de fuerza e impermeabilidad.
Dentro, el forro y las cremalleras, elaborados con un 93% de materiales reciclados posconsumo, abrazan con suavidad las pertenencias. La maleta, con sus dimensiones de 55 x 40 x 23 cm, es el tamaño perfecto para viajes cortos, un compañero para aventuras de hasta cuatro días. Su volumen de 50 litros podía transportar hasta 10 kilogramos de lo esencial, pero pesa apenas 2.7 kilogramos cuando está vacía.
La cerradura integrada de combinación, aprobada por la TSA, es una promesa de seguridad para quienes viajan a Estados Unidos y Canadá. Asegurando que el contenido en su interior permanezca intacto.
Debajo, cuatro ruedas dobles, robustas y silenciosas se deslizan sin esfuerzo, llevando la maleta a un viaje suave.
En la parte superior, una etiqueta de identificación integrada lleva el nombre de su viajero, un detalle pequeño pero significativo que hablaba de identidad y pertenencia. Las asas superior y lateral, integradas en el diseño, ofrecen un agarre firme, una conexión entre el viajero y la maleta.
Maleta Samsonite, con su garantía mundial de cinco años, emprendía otro viaje. Para algo más que un simple equipaje; es un compañero, un protector. Su silencio, habla de sostenibilidad, de fortaleza y de las infinitas posibilidades en el horizonte.
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